La
alarma social es un despertador de las mentes que consiste en hacer
sonar una campana para provocar una reacción emocional. Sería un
elemento natural en nuestras vidas si no se hubiera convertido en el
arma de manipulación ideológica más relevante. Se
maneja
como una lupa de aumento que esconde
de manera caprichosa fragmentos de la imagen completa para aumentar
detalles interesados. Lo apreciamos en los discursos más exaltados.
La emigración es retratada como la más peligrosa amenaza a las
sociedades del bienestar. Se destaca la dificultad de acceso:
vallas
inexpugnables, controles militarizados
y escollos
naturales de diversa índole que los inmigrantes logran, pese a todo,
vencer. Se
induce
en los ciudadanos una idea de desprotección, un deseo de ponerse a
salvo. La realidad es muy distinta. El mayor número de emigrantes
ilegales acceden por fronteras convencionales en vuelos comerciales.
Son
explotados por mafias nacionales que se enriquecen gracias a
un limbo de alegalidad, como es el caso de la
prostitución y la trata de mujeres.
La
segunda narrativa de alarma social fija su lupa sobre el crimen. En
lugar de presentar datos científicos, exacerba detalles que
benefician un discurso enfermo. La nacionalidad del criminal es
potenciada si se trata de personas de origen distinto al nuestro,
pero es eliminada como rastro definitorio si el culpable es de casa.
Ni siquiera reparan en que más del 60% de los homicidios en España
se cometen en el ámbito familiar.
Entre
las más grotescas alarmas sociales prefabricadas está la confección
de una estampa de inseguridad colectiva en el tiempo más pacífico
que ha conocido nuestro país en toda su historia. Toda ficción
eficaz se asienta sobre rasgos verosímiles. En la semana de la
campaña de ventas conocida como Black
Friday fueron
asaltados varios millones de tarjetas de crédito por vía de las
grandes comercializadoras. El delito masivo se solventa de manera
íntima, cada usuario debe reemplazar su tarjeta de crédito y pagar
por ello. No existe alarma, pues no hay amenaza física y el entorno
virtual sigue parapetado tras una imagen de paraíso acogedor. La
calle es mala, la Red es buena. Sufre solo por lo que yo quiero que
sufras.
David
Trueba, El
País,
11/12/2018,
texto adaptado
1. Resume el contenido del texto.
2. Elabora un comentario crítico correcto, coherente y debidamente cohesionado.
3. Determina el tipo de unidad lingüística y la función sintáctica de las secuencias subrayadas y en negrita.
4. "La emigración es retratada como una amenaza para las sociedades de bienestar". Usando esta secuencia como proposición, crea oraciones compuestas del tipo siguiente:
- O.C. COORDINADA EXPLICATIVA
- O. C. SUBORDINADA SUSTANTIVA DE SUJETO Y DE CD
- O.C. SUBORDINADA ADVERBIAL DE TIEMPO
- O.C. SUBORDINADA ADVERBIAL CONCESIVA
- O. C. SUBORDINADA ADVERBIAL CONSECUTIVA NO INTENSIVA.