miércoles, 20 de noviembre de 2019

TEXTO PARA COMENTARIO CRÍTICO SOBRE EL VEGANISMO



       El veganismo implica la exclusión, dentro del marco de la dieta alimenticia, de productos de origen animal. Se ha extendido como la pólvora estos últimos años, ya sea por razones ético-morales o por conciencia ambiental.

          La mayoría de las personas veganas , optan por esta dieta empujados por motivos morales. Las grandes multinacionales que trabajan en el ámbito de la alimentación, explotan el recurso de la ganadería hasta unos límites inhumanos. Malcrían animales en jaulas que a duras penas superan el volumen total del animal que albergan, hasta que los matan para vender su carne u otros productos. Los objetivos de estas empresas son únicamente lucrativos, por lo que les trae sin cuidado el estado de esos seres vivos, e incluso del producto final. A pesar de todo esto, no creo que la solución al problema sea el veganismo. 

          Todos sabemos, que el ser humano está en el eslabón más alto de la cadena trófica y fisiológicamente diseñado para una dieta omnívora, esto es, los órganos que nos componen están diseñados para digerir productos vegetales y cárnicos. Los veganos intentan sustituir productos de este último tipo y sus aportes alimenticios con especies vegetales como el tofu, algas marinas y todo tipo de cereales y semillas. Frente a este tipo de actitudes, Claudio Bertonatti, uno de los naturalistas más reconocidos en Argentina, explica como el veganismo también produce la muerte de animales. Explica que una dieta vegetariana o vegana exige la práctica de cultivos (en general, de enormes superficies). Para desarrollar extensivamente un cultivo hay que modificar, en muchas ocasiones, el hábitat que ocupa ese territorio. En esos ambientes o ecosistemas silvestres vive una enorme diversidad y cantidad de animales, por lo que modificar o alterar ese ambiente se traduce en la muerte de animales. Algunos mueren de modo directo, aplastados, quemados, intoxicados, por la intervención en el ecosistema. Otros huyen a las áreas vecinas, pero con escasas posibilidades de supervivencia. Si esas áreas son silvestres hay que considerar que tienen una capacidad de carga animal limitada, porque los recursos (territorios, comida, refugios, etc.) son finitos. Por otra parte, cuando los cultivos ya están instalados, hay que defenderlos. Ningún productor agrícola permite que las aves, los insectos, los mamíferos y otros seres vivos vayan a comer alegremente sus frutos, semillas u hojas. Los combaten, los persiguen, los matan. Así, hay pruebas de que las grandes multinacionales como Nestlé, atacan con ácido, biocidas y agrotóxicos a los orangutanes que amenazan las grandes plantaciones de cacao. 

          La solución no parece estar en adoptar una dieta vegana. La solución está en concienciar a los consumidores sobre métodos de agricultura y ganadería sostenibles. Debemos consumir productos de los ganaderos y agricultores locales que adoptan técnicas sostenibles. Es mejor no hacer la compra en grandes multinacionales, sino en mercados o en tiendas locales. Nadie, ni los productores ni los consumidores deben de anteponer recursos económicos a la producción sostenible de alimentos. Toro Sentado, un poderoso líder de la tribu Sioux, lo tenía muy claro cuando nos dejó estas admirables palabras: “Cuando el último árbol sea cortado, el último río envenenado, el último pez pescado, sólo entonces, las personas se darán cuenta de que el dinero no se puede comer”