miércoles, 23 de octubre de 2019

TEXTO PARA COMENTARIO CRÍTICO



        En poco más de 48 horas fueron asesinadas en España, por causas difíciles de entender, cinco mujeres. De esa cosecha atroz me estremeció en especial una mujer de 44 años que fue acuchillada repetidas veces en Torrox, Málaga. Tenía interpuestas dos denuncias por maltrato contra dos hombres, los dos con orden de alejamiento. Uno de ellos fue quien la asesinó. Había convivido antes con otro maltratador. Quién sabe si incluso le pegaron de niña: a veces la trampa de la violencia se construye en la infancia. También para los agresores: diversas fuentes señalan que un tercio de los maltratadores fueron maltratados de niños.

Estas vidas atrapadas por la brutalidad nos resultan chocantes, pero lo cierto es que se vive en una sociedad que pivota en torno a la violencia, intentando encontrar con ella, o contra ella, un acomodo difícil. No hablo ya de la violencia de género, que es un ejemplo nítido y extremo, sino de las muchas y distintas agresiones cotidianas. Según la Asociación contra el Acoso Moral y Psicológico en el Trabajo, el 15% de los trabajadores en España sufren mobbing. Y el profesor Iñaki Piñuel, especialista en acoso laboral, dijo en 2014 que el fenómeno había crecido en España un 40% desde el comienzo de la crisis. Entre las víctimas, una mayoría de mujeres. Con el agravante de que ahora las redes han sacado el acoso del centro laboral y han conseguido arruinar la vida entera del acosado.

A veces pienso que, en efecto, todo está relacionado. Por ejemplo, que la violencia de género no se nutre solo del machismo, sino también de nuestro nivel de aceptación de la violencia en general. Desde el polémico bofetón en la infancia hasta los correazos, desde el maltrato psicológico hasta los gritos que se lanzan padres e hijos, entre hermanos, cónyuges, amigos, amantes, compañeros de trabajo, vecinos, oponentes políticos a los que insultas y vociferas y persigues en las redes. En los tiempos en los que nos toca vivir hay un serio problema: somos una jauría a medio civilizar y no sabemos cómo no envenenarnos con nuestra propia violencia. 

                                                           Rosa Montero, El País, 14/10/2018, texto adaptado  


- Resumen
- Comentario crítico
- Caracterización gramatical detallada de las unidades lingüísticas destacadas.


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